Tras los sucesos de Julio de 1936 , cuando arde la iglesia de Santa Marina , la hermandad se instala en la iglesia del ex-convento de la Paz sita en la calle Bustos Tavera. La propiedad de estas dependencias le fue concedida a la cofradía por el cardenal Bueno Monreal el 14 de Diciembre de 1967. Este convento fue sede de la comunidad de monjas agustinas (orden fundada por D.Andrés de Segura en 1571) hasta 1837 cuando se produce su exclaustración en tiempos de la desamortización de Mendizabal.
La fachada exterior del templo, que da a la calle Bustos Tavera consiste en una portada con arco de medio punto que da acceso al compás, de superficie rectangular, donde destaca un curioso púlpito de forja del siglo XVIII.
A la izquierda del compás nos encontramos la iglesia, que sigue las líneas características del maestro Diego López Bueno. La portada del templo consta de dos cuerpos , el inferior con la puerta flanqueada por pilastras y hornacinas y el superior con una pintura de Maireles representando el momento en que según la tradición se descubre la imagen gótica de la Virgen de la Piedad en un hueco de la torre de Santa Marina.
La planta del templo es de tipo cruz griega, con bóbedas de cañón en los cuatro brazos de la cruz y cúpula de media naranja sobre el crucero con linterna. A los pies del templo se aprecia un coro alto cerrado con reja de forja.
El retablo mayor se debe a la obra de José Fernando de Medinilla en el año 1752. Se compone de banco alto, cuerpo central y ático. En la zona central se situa un camarín presidido por el grupo escultórico del misterio de la Hermandad y en los laterales se aprecian las imágenes de San José con el Niño en el lado del Evangelio y Santa Bárbara en el lado de la epístola. En el ático se contempla a San Agustín en el centro acompañado de religiosos de su orden y en los laterales Santa Mónica y Santa Clara de la Cruz Montefalco.
Sobre el camarín podemos contemplar la bella imagen de Ntra. Sra. de la Paz, del siglo XVI.
Frente a la entrada del templo podemos apreciar un retablo obra de Diego López Bueno en 1613 , aunque luego modificado en el siglo XVIII , presidido por el Niño Jesús y sobre el que se situa un busto de San Francisco de Borja todo ello rodeado de varios Santos jesuitas.
Junto a este altar, en el mismo crucero observamos otro, obra del siglo XVIII, dedicado a San José.
En el lado del Evangelio podemos ver otro retablo con un lienzo de la Virgen de Belén y varios Santos cuya autoría se atribuye a Bernabé de Ayala. Con esto concluye la descripción del templo.
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