lunes, 13 de julio de 2015

La Estrella, conocida como "La Valiente"

Después de mucho tiempo sin hablar de cofradías durante los años 30, os traigo aquí al detalle, quizás así sea, una de las historias más famosas, por no decir la que más, junto a la de la Virgen de la Esperanza Macarena durante aquellos años. Espero que os guste.

Nos situamos en el año 1.932, teniendo gran presencia el miedo por parte de las cofradías el salir a la calle a hacer manifestación pública de fe. Meses antes, antes de empezar dicho año, el Ayuntamiento de Sevilla se encontraba negociando con las Hermandades la celebración de la Semana Santa, tratando materias como la seguridad en las calles, subvenciones, propaganda, etc. El Ayuntamiento preguntó a las Hermandades cuáles de ellas estarían dispuestas a procesionar por las calles de Sevilla. Sólo cuatro responderían afirmativamente, siendo una de ellas la Hermandad de La Estrella.

El 13 de febrero de 1.932 se tuvo que celebrar un Cabildo en el seno de la Hermandad, lo cual no estuvo exento de polémica, porque el ambiente que se respiraba de forma general era de miedo debido a los daños que pudieran producirse, y paliar éstos debido a la mala situación económica que atravesaba Sevilla y el resto del país en aquellos días tan duros. Algunas Hermandades también desconfiaban de las autoridades, por su posible pasividad ante un ataque. El Cabildo de ese día fue repetido, teniendo una participación bajísima. Los votos terminaron con siete a favor y siete en contra, votando el Director Espiritual a favor, habiendo ya ocho entonces a favor de la salida. El Teniente de Hermano Mayor impugnó las votaciones, puesto que no se recogía este derecho del Director Espiritual en el Libro de Reglas.

Cuatro días más tarde, volvió a citarse a Cabildo, el 17 de febrero. El Alcalde y el Gobernador Civil de Sevilla seguían insistiendo en que las Hermandades contarían con los medios económicos y con la seguridad necesaria para realizar la Estación de Penitencia. En esta ocasión, el Cabildo contó con veinte votos a favor de la salida de la cofradía. Con ello, se abrió una brecha enorme en el seno de la Hermandad, dimitiendo el Hermano Mayor, el Secretario Primero y el Director Espiritual (aunque éste dimitió después del primer Cabildo). La Hermandad manda así el comunicado del acuerdo al Ayuntamiento.

Fuente: Antifaz de Sevilla

Posterior a ello, la Hermandad de La Estrella tuvo su ayuda económica prometida anteriormente, ascendiendo a 1.000 pesetas, y en caso de que no se produjese la salida, de 250 pesetas de forma subsidiaria. Cabe destacar que este dinero NO fue desembolsado por el Ayuntamiento ni de las arcas municipales ni nada por el estilo, sino por el mismísimo Alcalde y por algunos concejales que le acompañaban en sus labores. Con ello, creció la ilusión por tan esperada semana en Sevilla, aunque ello no evitó que las demás Hermandades le mirasen con algo de recelo, puesto que todas ellas irían a una.

El Correo de Andalucía, el cual ya existía por aquella época, contaba en su diario cómo se desarrollaba la labor de esta Hermandad para llevar a cabo la Estación de Penitencia. El Ayuntamiento, al final, regaló dos ramos de flores como obsequio para la Virgen de la Estrella, como agradecimiento a la salida que iba a realizar la Hermandad. Este mismo periódico, aún así, arremetería más tarde, el 10 de marzo, por el aviso publicado a los hermanos y "simpatizantes" para recoger las túnicas. Debido a la falta de hermanos para acompañar a las imágenes por las calles de Sevilla, se hizo también un llamamiento a personas que no eran hermanos de la Corporación. Aún así, varias personas conocidas de Sevilla, recogieron sus papeletas de sitio, entre otros jóvenes de diversos barrios.

El Viernes de Dolores, la gente aún dudaba de si dicha cofradía saldría a la calle, lo cual, afirmaba en todo momento la Hermandad. El problema fue otro: ése dinero prometido, por valor de 3.250 pesetas necesarios para la salida, no llegaron. Ese mismo día se reunieron el Alcalde y el Mayordomo para aclarar esta situación, aunque no se llegó a ningún acuerdo. Aún así, se dejaba la puerta abierta para que "una persona pudiente" facilitase los fondos necesarios. Ese Domingo de Ramos, el ABC publicó dicha decisión aquella misma mañana, cuando debería haber procesionado la cofradía.

Fuente: Herencia Nazareno

Esa mañana, según las crónicas periodísticas, pasaron por San Julián entre 8.000 y 10.000 personas para ver los pasos. A la hora prevista de salida, los costaleros acudieron al mando de Modesto y José Romero, capataces de la cofradía en aquél momento, para llevar el paso del Cristo de las Penas hasta la puerta, donde la Banda de "El Tubero" interpretaba marchas procesionales. Sobre las 20.30 de la tarde, un obrero, al ver los pasos dentro del templo, mostró su deseo de "meter el hombro", junto a otros jóvenes, llevando por el interior de la iglesia los pasos. Se oían vivas a la España católica, aplausos, e incluso sonó alguna saeta que otra.

Tras esta inicial decepción, una comisión se reunía con el Alcalde, el Gobernador Civil y el Cardenal al día siguiente, el Lunes Santo. Ese día SÍ se obtuvieron las garantías deseadas, que sería la tan esperada ayuda. Eso sí, no se mandaría a la Fuerza Pública a custodiar la Estación de Penitencia, aunque sí se mantendría el orden en las calles sevillanas. El Jueves Santo sería, en ese año, el día indicado que saldría la Hermandad de la Estrella.

En el ejemplar del periódico La Unión, del 24 de marzo de 1.932, es decir, ese mismo Jueves Santo por la mañana, se dio a conocer a la persona impulsora de esta Cofradía, donde hablaba Manuel Canela, el Hermano Mayor que dimitió. Ese impulsor fue Tomás Carrasco, funcionario municipal. En el resto de la entrevista, Manuel Canela dejaba claro que la Junta de Gobierno no estaba a favor de la salida de la cofradía, y que Tomás Carrasco, entre varias personas más (de las cuales Tomás y otra persona eran hermanos de la Hermandad de La Estrella), hicieron las gestiones pertinentes a espaldas de la Junta de Gobierno, y sin que nadie se enterase. Entre los actos, puede destacarse el reparto de túnicas sin permiso de la Junta de Gobierno.

Con todo ya decidido y solucionado, la Hermandad de La Estrella haría Estación de Penitencia en la tarde del Jueves Santo. El Ayuntamiento cedió la Banda Municipal para que tocase en el paso de palio, y las flores fueron donadas por vecinos y devotos. Antes de llegar al templo, uno de los nazarenos que iba a salir en la cofradía, Antonio Rodríguez Iglesias, fue abofeteado por una persona que no llegó a ser reconocida en la calle Pagés del Corro. Fue detenido y llevado a comisaría, aunque el nazareno golpeado no logró reconocerle. Unos 70 nazarenos se presentaron finalmente para realizar la Estación de Penitencia.

Fuente: Cofrades de ABC Pasión en Sevilla

Uno de los nazarenos allí presentes, el cual no se trataba de uno de los hermanos de la Corporación, se subió al púlpito y mencionó estas palabras:

"Tenemos que convencernos de que los que vamos debajo de las túnicas somos más que hombres. Somos más que hombres porque seguimos siendo hombres. Alerta nazarenos. Cada penitente ha de sentirse un espía de cuantos están a nuestro alrededor, un militante dispuesto a defender por todos los medios a las sagradas imágenes de posibles acechanzas".

Para cubrir los gastos de la cofradía, algunos hermanos y acólitos portaban bolsos pequeños para que el público realizara aportaciones. La aceptación de esto por parte del público fue tal, que hizo que los viajeros de un antiguo ómnibus turístico bajaran a realizar su limosna. Respecto a la seguridad, que fue ya garantizada en la reunión del Lunes Santo, estaba a cargo de diez parejas de la Guardia de Seguridad de a pie y dos a caballo que recorrerían el itinerario. La Guardia Municipal iba a la cabeza de la procesión, mientras que la Brigada Social de la Policía vigilaba cualquier anomalía producida en la calle.

La Cruz de Guía salía a la calle a las 16.40 horas entre grandes ovaciones por parte del público. Cinco minutos después, salía el paso del Cristo de las Penas. De estilo neogótico, este paso fue adquirido en el año 1.908 a la Hermandad de El Calvario, poseyéndolo actualmente la Hermandad del Santo Entierro de Alcalá del Río. Este paso no llevaba imágenes secundarias, llevando sólamente a dos ángeles con dos faroles en los laterales del paso, algo parecido al paso de misterio de El Silencio o la Vera-Cruz. A las 16.55 horas, salía el paso de la Virgen de la Estrella, luciendo de lujos sólo un puñal y un collar.

Estos momentos de euforia, fueron rápidamente destruidos por varios agravios producidos durante el camino por parte de terceros. Primeramente, sin tener nada que ver con la cofradía, en la plaza del Pacífico, siendo hoy la plaza de La Magdalena, se produjeron incidentes entre una huelga de dependientes de bares contra un camarero que se hallaba trabajando en ese momento. El ruido de la bandeja de este camarero al caerse, provocó que las personas que acompañaban a la Hermandad se asustaran, habiendo además alguna carrera que otra.

Fuente: Herencia Nazareno

Posteriormente, en la calle Velázquez, a pocos metros de Rioja, una persona arrojó un ramo de flores, camuflando así el remate de un pasamanos de escalera de aproximadamente un kilo, que afortunadamente cayó entre los candeleros, sin producirse daños. En ese mismo lugar, se produjo una riña entre personas ajenas a la cofradía, lo que que provocó más carreras. Minutos después, cuando pasaba el paso de Cristo por Sierpes, otros alborotadores de huelguistas hosteleros proferían gritos a favor de la huelga y del comunismo libertado, debiendo ser callados por el público cercano de la cofradía. Fue detenido uno de ellos por un sargento de seguridad. La cosa se tranquilizaba cuando más adelantes se instalaban unos altavoces que reproducían saetas a través de un gramófono.

A la altura del antiguo cine Palacio Central, dos individuos tiraron al paso de Cristo un ladrillo que alcanzó en el ala a uno de los ángeles, cayendo este mismo cascote o ladrillo a un soldado llamado Ginés Silvestre, que resultó contusionado. Los autores, detenidos, fueron Manuel F. de la R., empleado de taberna, e Ildefonso M. G.. El primero fue mandado a la cárcel de Sevilla, y el otro a la de Carmona.

La cosa se calmó un poco cuando la cofradía llegó a la Plaza de la República, lo que es hoy actualmente la Plaza de San Francisco. Se encontraba allí la representación municipal, siendo el Alcalde y algunos concejales, siendo García de Leániz, Contreras, Giménez González y López Martínez. El Círculo Mercantil de Sevilla, también tenía preparado un donativo de 500 pesetas para la Hermandad de La Estrella. El Alcalde le entrega a la Junta de Gobierno la ayuda de 1.000 pesetas. Como anécdota, se envía este telegrama al Presidente de las Cortes:

"En estos instantes pasa delante de Casa Consistorial la Virgen de la Estrella aclamada por el pueblo sevillano".

En las puertas del Ayuntamiento, la saeta Rocío Vega Farfán, conocida como "Niña de la Alfalfa", dedicó a la Virgen de la Estrella lo siguiente (estas palabras son muy conocidas entre muchísimos cofrades, así que supongo que algunos no se sorprenderán):

"Se ha dicho en el banco azul
que España ya no es cristiana
pero aunque sea republicana,
aquí quien mandas eres Tú,
Estrella de la mañana."

En medio de este clima de euforia, llegó un antiguo miembro del directorio de los radicales, de apellido Caños, que gritó "¡Viva la Virgen Republicana", a lo que un joven periodista gritó "¡Viva la Sevilla Católica!". Esto acabó con una agresión por parte de Caños a este periodista, produciéndose un revuelo, que hizo que se llevasen a cabo varias detenciones. Algo más tarde, fueron puestos en libertad.

Emiliano Gómez Sánchez. Fuente: Herencia Nazareno

A las 20.30 horas se disponía a entrar en la Catedral por la puerta de San Miguel. En ese momento, se oyó un fuerte estruendo de unos pequeños cohetes o petardos, los cuales no ocasionaron daños. Más tarde, un anarquista de 21 años disparó contra la Virgen de la Estrella dos veces, que por suerte no le alcanzaron. Este joven era Emiliano González Sánchez, de Alcázar de San Juan. Este joven emprendió la huida, siendo interceptado por Diego Martínez Jiménez con un bastón. La huida seguía hasta que fue detenido por varios agentes de diferentes cuerpos, disparando antes de su detención hasta tres veces, en la calle Mariana Pineda.

Se le requisó una pistola "Franceri" del calibre 6,35, dos cargadores, dos carnés de la CNT y recibos que recaudaba el sindicato a favor de los presos anarquistas. La Policía tuvo que apresurarse a llevar al detenido a la Comisaría porque el detenido podría ser linchado. De hecho, por Sierpes iban "escoltados" por un grupo de personas que aclamaba a la Guardia Civil y a la Sevilla católica.

La Guardia de Seguridad, más adelante, tuvo que abortar otra intentona por parte de un grupo de radicales, que pretendían atentar contra la cofradía entre las calles del paseo de Colón y el puente de Triana. Todo se supo gracias a un vendedor de "sultanas". Con todos estos sobresaltos, la Hermandad de La Estrella tuvo que abreviar el recorrido. El itinerario se modificó de la siguiente manera:

- Avenida de la Libertad.
- Plaza de San Fernando.
- Tetuán.
- Rioja.
- Plaza del Pacífico.
- San Pablo.
- Reyes Católicos.
- Puente de Isabel II.
- Altozano.
- San Jacinto.

Fuente: Andalucía Información

Todavía tenía que sufrir otra agresión más la cofradía... El paso de Cristo, a su llegada al Altozano, otro grupo de incontrolados arrojaban huevos impregnados de gasolina, que por suerte no provocaron daños serios. La cofradía entró por fin en su templo a las 23.00 horas, estando en la calle 6 horas y 20 minutos. Ningún nazareno se salió del cortejo, algo impensable hoy en muchas Hermandades de Sevilla, pero bueno... Al día siguiente, el Alcalde calificó de "pequeños incidentes" los incidentes que acompañaron a la cofradía. El mayordomo de la cofradía, Joaquín Álvarez Herrera, informaba a la prensa de que los únicos daños fueron los dos orificios de balas en el palio y la rotura de un guardabrisas.

Y toda la historia terminaba así a las 11 de la mañana de un Domingo de Resurrección, celebrándose en San Jacinto Misa de Acción de Gracias por el "feliz" término de la Estación de Penitencia.

Mis conclusiones finales sobre esta anécdota son que, a raíz de esto, como es conocido por todos, fue conocida como "La Valiente" dicha Virgen. Es cierto que así se desafió al miedo y a la inestabilidad social, pero también es cierto que las demás Hermandades no le volverían a ver de la misma forma en esos años, por haber roto la unanimidad de no salir a la calle. Con esto, se cierra una de las páginas más famosas de la historia de la Semana Santa de Sevilla, y así, siempre será recordado el nombre de la Virgen de la Estrella por vencer a todos los obstáculos.

Fuente: Cofrades ABC de Sevilla Pasión en Sevilla

Espero que os haya gustado, y muy pronto, la entrada de la Hermandad de la Oración en el Huerto. Gracias.

Fuente: Las cofradías de Sevilla en la II República. Juan Pedro Recio. Tercera Edición.

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