viernes, 16 de mayo de 2014

El Cristo de Burgos, Hermandad de Hermandades

Como no podía ser de otro modo, después de varios días teniendo el blog sin publicar nada, tenía que dedicarle una entrada a alguna Hermandad, y como no podía ser de otra forma, se la dedico a la Hermandad del Cristo de Burgos, una de mis favoritas en todo su conjunto y en la que espero, algún Miércoles Santo, salir de costalero.



Como bien sabemos, esta Hermandad tiene su sede canónica en la Iglesia de San Pedro, en la Plaza del Cristo de Burgos, desde donde realiza su Estación de Penitencia cada año, pero no todo fue allí. En 1.882, varios fieles se propusieron fundar una Hermandad en el convento de San Antonio de Padua, para dar culto a una antigua Hermandad extinguida llamada Cristo del Buen Fin, Santo Sudario y Nuestra Señora de La Palma. El 23 de octubre del año 1.882, la Hermandad solicita al Vicario su reorganización junto a las antiguas reglas de la Hermandad del Cristo del Buen Fin. En febrero de 1.883, el día 23, se aprueba el reglamento y su título "Cofradía y Hermandad del Santísimo Sudario, Santo Cristo del Buen Fin y Madre de Dios de la Palma".



El 25 de febrero de 1.883 se acordó realizar la primera Estación de Penitencia, pero no todo sería paz y armonía. Los frailes franciscanos alegaron en un escrito al Arzobispado que no debía fundarse dicha Hermandad de Penitencia, ya que los altares y el Santo Sudario eran, supuestamente, propiedad de los frailes franciscanos. Se suspendería así temporalmente toda actividad de la Hermandad hasta el fallecimiento del Arzobispo Juan Antonio López, que se resolvió a favor de la Hermandad dicho expediente. Otro problema fue la devolución del Crucificado que se hallaba en El Salvador, que fue origen de numerosas disputas. Una vez que se realizaron todos los esfuerzos, la Hermandad se trasladó a la Capilla del Cristo de Burgos, es decir, la Iglesia de San Pedro. La Hermandad perdió enseres por el camino durante la proposición de un inventario al Arzobispado, adquiriendo sólo los que ya compró en su momento.



Los hermanos de esta Hermandad, empezaron a rendir culto a un antiguo crucificado del año 1.573, de Juan Bautista Vázquez "El Viejo". Este Cristo era llamado "Cristo de Burgos" por ser confundido con uno de la capilla de San Ildefonso que fue titular de otra Corporación en el siglo XVIII. La Hermandad que hoy conocemos, presentaría reglas en el año 1.885, siendo rechazadas por Palacio no porque no citase nada respecto de los titulares, sino relacionado con los cabildos y la presencia del Director Espiritual.

En San Antonio de Padua, por otra parte, ocurriría algo inesperado: la constitución de una Hermandad del Cristo del Buen Fin y Nuestra Señora de la Palma. ¿Qué pasaría ahora? Los que conocemos de San Pedro se quedaron en su sitio, manteniendo además el título de Burgos para su talla. Respecto a la advocación de la Virgen de la Palma, ambas Hermandades la mantuvieron. Para no tener problemas los del Cristo de Burgos, renunciaron a hacer valer sus derechos frente a la Hermandad del Cristo del Buen Fin de una forma bastante curiosa.



Tomaron así el mismo contenido de las Constituciones de la cofradía del Buen Fin, pero cambiándole las palabras de su sede canónica y de su titular. Ejemplo:

- "El Santísimo Cristo del Buen Fin...", pasando a "El Santísimo Cristo de Burgos...".
- "Esta Hermandad reside en la Sede Canónica de San Antonio de Padua...", pasando a "Esta Hermandad reside en la Sede Canónica de la Parroquia de San Pedro...".

Tras perder el título de Santo Sudario de Nuestro Señor Jesucristo y recuperar, a su vez, el título de las Negaciones, redactaron reglas que serían aprobadas en el año 1.943.

Dejando ya de un lado el tema jurídico de la Hermandad, debo citar que, en el año 1.932, fue encargado a Collaut-Valera el Misterio de las Negaciones y Lágrimas de San Pedro, pero este escultor falleció repentinamente y acabó abandonándose dicho proyecto. En el paso del Cristo de Burgos, también se hallaba una imagen de la Magdalena tallada en el año 1.897 por Gutiérrez Cano, que dejaría de procesionar en el año 1.938.

A partir de la aprobación de sus reglas en el año 1.943, la Hermandad despegaría patrimonialmente de una forma espectacular. En 1.950, una representación del Ayuntamiento de Burgos le entrega una réplica del Cristo de Burgos de aquella ciudad, de tamaño reducido, que sería posteriormente colocado en el palio de Madre de Dios de la Palma. La plaza de su sede canónica pasaría a llamarse también "Plaza del Cristo de Burgos", donde tiene en la otra punta de la plaza su Casa Hermandad. Se va completando el paso de palio junto con el manto, además de agrandarse el paso de Misterio. En 1.967 se encarga un retablo para los cultos internos, además de un San Juan Evangelista.



En los años posteriores, habiendo cumplido ya la talla del Cristo de Burgos cuatro siglos, la Hermandad adquiere el inmueble que fue antiguo templo de los Trinitarios Descalzos, en la esquina Descalzos de la Plaza del Cristo de Burgos para su restauración y acondicionarlo como Capilla. El Ayuntamiento de Burgos, en el año 1.993, le concede la Medalla de Oro de la Ciudad a esta Corporación, siendo impuesta el 4 de febrero de 1.942.

Una historia hasta nuestros días bastante breve, pero extensa de contenido en el tiempo... Sobre la sede canónica de San Pedro, es de estilo gótico-mudejar, de tres naves separadas por arcos apuntados sobre arcos poligonales y cabecera poligonal de dos tramos, siendo el primero rectangular y el segundo ochavado. Se encuentran un total de ocho capillas dentro de la Iglesia, de diversas épocas cada una, siendo las más antiguas desde los siglos XVI y XVII, y las más recientes del siglo XIX. El retablo es presidido por el Stmo. Cristo de Burgos, estando a su derecha Madre de Dios de la Palma, y a su izquierda San Juan Evangelista. Este retablo es de estilo neobarroco, del año 1.967.



Hablemos pues de sus titulares, siendo de las grandes maravillas de la Semana Santa Sevillana. El Cristo de Burgos es talla de Juan Bautista Vázquez "El Viejo" para la Capilla de D. Juan de Castañeda tenía en la Iglesia de San Pedro, junto con una dolorosa de arcilla. Fue tallado entre 1.573 y 1.574. La imagen ha sido modificada a lo largo del tiempo, creyéndose antiguamente que fue modificada por Ordóñez, aunque el IAPH descubrió que fue modificado por Manuel Gutiérrez Cano, hijo del mismo ya conocido. Posteriormente ya sí era posible que fuese policromada por José Ordóñez, y en los años 60 por Sebastián Santos Rojas por una rotura de la pierna a la talla. En 1.990 se le acopla una cruz nueva a la talla, de igual parecido.

Sobre la Madre de Dios de la Palma, debemos decir que anteriormente tuvo la advocación de la Virgen de Guadalupe, siendo una talla de 1.884 de Manuel Gutiérrez Cano, guardando un gran parecido con la Virgen de los Remedios de la Hermandad de Las Siete Palabras. Acompañaba antiguamente al Crucificado junto a la Magdalena, de ahí la inclinación de la cabeza. San Juan Evangelista es una talla del año 1.962 de Antonio Illanes Rodríguez.

Sobre los pasos, empecemos por el paso de misterio, siendo de estilo neorrenacentista, obra de José Merino Román en el año 1.939. Fue ampliado en 1.958 por Antonio Martín Fernández. En 1.968, lleva los cuatro faroles de plata de Emilio García Armenta en la actualidad. Sin duda, uno de los pasos más bonitos y trabajados de toda Sevilla. Quien no lo haya visto nunca, se lo recomiendo, al igual que el cortejo completo.



El paso de palio fue obra de Juan Manuel Rodríguez Ojeda del año 1.928, bordado en oro de realce sobre terciopelo granate. El manto fue ejecutado por los sobrinos de Caro en el año 1.959, siendo cualificado como uno de los grandes mantos de Sevilla. La saya, bordada en oro, pertenece a la obra de las hermanas de Martín Cruz. Los respiraderos, bordados en oro, sobre malla, en el taller de los sobrinos de José Caro en 1.954. Los varales, de 1.928, jarras, 1.935, y pena, 1.953, son de Manuel Seco Velasco. Los candelabros de cola son de Villarreal del año 1.958.

Sobre el cortejo, me queda por citar que goza de una belleza que no tiene que envidiar a nadie. El hábito de nazareno es tela normal, negra, con esparto. Ojo, no es de ruán.

En cuanto al equipo de capataces, se trata de Antonio Santiago Muñoz y su equipo de auxiliares, siendo Ernesto Sanguino quien manda bajo sus órdenes en el paso de Misterio.

El acompañamiento musical del Stmo. Cristo de Burgos es un Trío de Capilla, que interpreta piezas como Saetas del Silencio, Al Cristo, A la Virgen, Via Crucis, etc.

En el paso de palio, como no podía ser de otra forma con su característico sello de "Gran Hermandad", toca la Banda de Música del Maestro Tejera, que toca piezas como Madre de Dios de la Palma (Farfán, Alonso, Braña y Peralto (Cuatro marchas dedicadas bajo el mismo nombre)), Saeta a la Virgen, Cristo de Burgos, Soleá, dame la mano, Camino del Calvario, etc.

Fuente: Patrimonio Musical

Sin duda, una maravilla del Miércoles Santo. Para un servidor, es lo mejor que sale ese día, destacando el conciertazo que toca Tejera y el gran repertorio que lleva. Gran parte del repertorio, guarda parecido con el de la Hermandad de Las Penas de San Vicente o el Santo Entierro de Dos Hermanas, donde toca también el Lunes y el Sábado Santo, respectivamente.

Para terminar, os dejo un vídeo:



Muchas gracias a todos.

Fuente: Crucificados de Sevilla. Tomo II. ABC de Sevilla.

2 comentarios:

  1. Coincido contigo, para mi una de las mejores hermandades que pueden contemplarse en las calles de Sevilla. Pasa muy rápido debido al reducido número de nazarenos que componen esta corporación pero merece la pena verla. La canastilla, es una auténtica maravilla digna de museo, con las escenas bíblicas policromadas. Sobre el Cristo hay que decir que ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de su historia, pues llevaba un sudario que lo hacía similar al Cristo de Burgos original que se conserva en la Catedral de esta ciudad castellanoleonesa, y que le caía algo más abajo de las rodillas. Es el Cristo fechado más antiguo de la Semana Santa, ya que el de Vera+Cruz no está datado, aunque sabemos que es de la primera mitad del siglo XVI. Una gran entrada a la altura de una gran hermandad. Saludos

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  2. A ver si le dedicas en cuanto puedas una entrada a la hermandad de las Penas de San Vicente, Pablo!

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